En Medicina China, cuando el médico va a realizar un diagnóstico, debe observar al paciente y evaluarlo en su totalidad, entendiendo que la parte física y la mental, forman un todo. En este primer nivel de observaciones, es importante que el paciente también se comunique y nos diga que es lo que siente, que alimentación mantiene, cuales son sus hábitos de vida, cual es su situación emocional o social, etc.
Para el médico chino no es suficiente saber que sufre una patología concreta, como un dolor de cabeza, hemorroides o insomnio. Para encontrar el tratamiento adecuado, es necesario que sepa cual es su estado energético, así como recopilar otros datos que llegará a conocer mediante la observación, el tacto y una serie de preguntas que completen el cuadro diagnóstico.
Resumen
Los cuatro métodos diagnósticos
Observación (Wàng): es tan simple como observar al paciente, su comportamiento, movimientos, analizar su constitución, el volumen y elasticidad muscular, el color de los ojos, el de la piel, o muy especialmente la apariencia de la lengua, en cuyo caso ya estaríamos hablando de un método diagnóstico por si mismo del que hablare de forma más extensa en otro artículo.
Interrogatorio (Wèn): es una de las partes más importantes, ya que el paciente puede indicarnos en que lugares siente dolor o molestias, pero hay otros detalles que también van a ayudarnos en el diagnóstico, como por ejemplo si existen problemas de estreñimiento, micción, insomnio, escalofríos o sudores; sus propios antecedentes, la evolución de la enfermedad, cuando apareció, cual es su rutina diaria, así como cualquier otro dato que nos parezca relevante.
Auscultación y olfacción (Wén): en el caso de la auscultación se trata de escuchar la voz y los sonidos que emite el paciente, evaluar la fuerza o debilidad de su voz, su ritmo de respiración, suspiros, bostezos, tos, ruidos estomacales, etc. También hay que tener en cuenta si el paciente se expresa con locuacidad o está falto de palabras, con pocas ganas de hablar.
Respecto al olfato, podemos percibir si existe halitosis o un olor corporal fuera de lo normal, como por ejemplo olores penetrantes.
Palpación (Qiè): se trata de palpar el cuerpo del paciente para evaluar la consistencia de los tejidos, la hidratación de la piel, la sensibilidad en puntos concretos y el pulso periférico. El pulso puede decirnos mucho sobre su estado, de echo se han descrito 31 cuadros de pulso que nos ofrecen distintas respuestas clínicas.
“Observar el exterior para reconocer el interior”
Seguimos con los métodos diagnósticos
Para elaborar un correcto diagnóstico es indispensable evaluar las desviaciones del Qi para lo que se utilizarán los Ocho Criterios Principales u 8 reglas, estos criterios ayudan al médico a determinar lo que ha provocado la patología y del mismo modo indican que método seguir para ponerle remedio. Los criterios utilizados son: Frío o Calor, superficie o profundidad, vació o plenitud, Yin o Yang.
Los 5 elementos o los 5 movimientos son también importantes en el diagnóstico chino, y para ello nos fijaremos en la propia interacción del Yin y el Yang, de forma que se pueda diagnosticar con mayor precisión fijándonos en la hora del día y los síntomas que muestra el paciente. La fases de madera, fuego, metal y agua se suceden a lo largo del día y cualquier alteración dará una nueva pista de la patología que sufre el paciente y de las técnicas terapéuticas que deberemos emplear.
Diagnóstico de las enfermedades provocadas por perturbaciones energéticas
Cualquiera de los pacientes que acuden a una clínica de acupuntura debido a una afección, pueden ser víctimas de una alteración de la energía. Cuando profundicemos más en los tipos de energías, nos encontramos con la energía Iong que procede de la alimentación y el aire que respiramos, la energía Oé de tipo defensivo, y la energía Tsing que es hereditaria.
Aquí es donde de nuevo entra en acción el diagnóstico chino, ya que mediante la observación, el interrogatorio y el diagnóstico por pulso podremos discernir entre las diversas alteraciones de energía que existen. Se puede saber si hay energía suficiente, si circula de forma libre, si existen órganos en vacío o si se trata de una energía adecuada (proporción armoniosa de Inn y de Yang).
La identificación de los síndromes según los 6 niveles energéticos es también utilizada por los acupuntores, ya que es de gran ayuda para diagnosticar los ataques de energía perversa externa (viento, frío, calor y fuego, humedad, sequedad) que pueden manifestarse con procesos febriles. Pudiendo completar el diagnóstico mediante la identificación de síndromes según el Sanjiao o triple calentador, que divide el cuerpo en Jiao superior (pulmón y pericardio), Jiao medio (estómago/intestino y bazo) y Jiao inferior (riñón e hígado), algo que nos ayudará aún más a identificar las alteraciones patológicas y la sintomatología de los órganos que se encuentran en los tres Jiao.
Como veremos, además de ser unas herramientas útiles por si solos, todos ellos pueden servirnos para complementar otros métodos de identificar síndromes.
Las dos etapas del diagnóstico
En una primera etapa haremos la recogida de datos y posteriormente el análisis e interpretación de los mismos, mediante el método científico inductivo. Observando las distintas manifestaciones que provoca una enfermedad y utilizando estos métodos diagnósticos, obtendremos un cuadro clínico concreto o un síndrome reconocible y específico, que nos va a permitir tener un diagnóstico claro desde el cual empezar a aplicar el tratamiento que consideremos.
Valorar e interpretar los análisis clínicos: como punto y final, decir que es algo normal que el médico acupuntor use analíticas como por ejemplo las de sangre u orina, para conseguir información muy valiosa que le permita completar el diagnóstico.
Bibliografía
– Diagnóstico. Guías de Estudio de Medicina China Escrito por Chen Jia-xu.
– MTC: Guía de diagnóstico
– Puntos Ashi
– El diagnóstico, por Francisco Javier Sánchez Viescas y Claudia Skopalik.
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